"Todo parece imposible hasta que se hace"

Por Carolina Castro González
Profesional en Mercadeo UTS
Estudiante de Máster en Marketing Internacional - Universidad de Le Havre, Francia.

Hoy hace cerca de 5 meses me despedí de mi familia y mis grandes amigos y con sentimientos encontrados entre la tristeza de dejarlos y la alegría de ir detrás de mis sueños, les di un fuerte abrazo y un hasta pronto. Desde el 2 de septiembre de 2013 vivo en le Havre, una ciudad ubicada al norte de Francia, donde adelanto mis estudios de Master 1 en Marketing Internacional becada por las Unidades Tecnológicas de Santander, en convenio con la Universidad de Le Havre.

Llegar a otro continente, otro país, otra cultura y sobre todo otra lengua, que a pesar de haberla estudiado con dedicación durante más de un año, con clases personales que me ofrecía la universidad, cuando llegué sentía que no sabía nada, sentía que nadie me entendía lo que quería decir, sentía que me hablaban en un idioma que jamás en mi vida había escuchado... así empezó mi “aventuraje”: lo llamo así porque es una aventura de aprendizaje, llegar a un lugar donde todo es nuevo, adaptarlo y convertirlo en tu mundo, eso es una gran aventura donde cada día aprendes muchas cosas nuevas.

Conocer, observar, preguntar, aprender, intentar, adaptar, serían las palabras correctas para describir mi experiencia de vida estudiando en Francia.

Primer día de clases: Después de dar muchas vueltas por la universidad buscando mi sala por fin la encontré: entrar, buscar un lugar, ubicarme y mirar a mi alrededor y ver que estoy rodeada por los que serán mis compañeros durante 2 años, pero además que  sean Chinos, Alemanes, Franceses, Africanos, Rusos, Italianos, ente otros, esa es una sensación indescriptible. Gracias a la vida y después de más de 150 días de compartir con ellos, con unos más que con otros, estos compañeros se han convertido en mis amigos, algunos en mis maestros de francés, otros en mis estudiantes de español, he aprendido de geografía más que en el colegio y de religión más de lo que había aprendido en mi vida.         

Estado actual: Feliz y agradecida!!!

Cursar mi maestría, estudiar otros idiomas (inglés y portugués), tener una experiencia laboral con mi práctica profesional en otro país que enriquece mi hoja de vida, viajar (visité Alemania y parte de Francia), definitivamente ha sido el mejor regalo que me ha dado Dios, el universo, las fuerzas poderosas, como lo quieran llamar. Sin negar que extraño mi familia y mi país, el balance en general es positivo al 100%.

Lo único que me queda por decir es gracias a la vida, a mi familia por estar ahí en Skype siempre dispuesta, a las Unidades Tecnológicas de Santander por el apoyo total que recibo.

Así que mis queridos compañeros uteístas, como dijo el señor Mandela “Todo parece imposible, hasta que se hace”, las oportunidades están dadas, solo hay que aprovecharlas. Esfuerzo, dedicación, pasión y amor.  ¡¡Saludos!!!

Por MARITZA PALOMINO MENDEZ
Comunicadora Social – Periodista UTS

Recién desempacados de Francia, se pasean por los pasillos de las Unidades Tecnológicas de Santander, los primeros estudiantes de intercambio internacional con los que la institución se abre al mundo.

Ellos son Jerome Sivy, Simon Hauville, Pauline Guitton y Charles Bedoucha, centro de atención en estos días de quienes quieren conocer cómo viven, de dónde vienen y por qué están aquí.

Indiscutiblemente, quien más llama la atención por su dulce mirada azulada y su alborotado cabello rubio es Charles, nacido en Paris, estudiante de Ingeniería Mecánica y Productiva del Instituto Universitario de Tecnología de Troyes. Charles estará con nosotros hasta el final de este semestre haciendo estudios en electromecánica, con énfasis en automatización  y se devuelve a su país a continuar con su carrera.

Jerome, Simon y Pauline terminaron estudios en Gestión Urbana en Alecon y están en las UTS por intercambio durante un año académico. Ellos realizan estudios de profundización en el área de  Topografía.

Aunque llevan pocos días en nuestra ciudad, ellos ya se dieron cuenta que los colombianos no son como nos pintan en el extranjero. “La calidez de los colombianos es muy buena”, dicen, aunque reconocen que somos terribles para manejar y lo más grave que aquí no respetamos a los peatones. Qué vergüenza!.

Lo que más les impactó a su llegada al aeropuerto Palonegro, fue que por la zona montañosa esperaban encontrar un clima más templado, pero el calor sofocante de la mañana de ese sábado les hizo sentir que iban a vivir cosas muy especiales.

Se encontraron al almuerzo con la yuca y la limonada de panela, y el desayuno con caldo de pollo con arepa santandereana, aunque raro indiscutiblemente les ha parecido rico. Lo que no han podido probar son las hormigas culonas, las compraron en el centro en una excursión a la que los llevó la dueña de la pensión donde viven. Todavía no se han atrevido a probarlas por simple prudencia de un estómago acostumbrado a otras gastronomías.

Algo que también les impactó es la escasa ropa que usan las bumanguesas. “Son muy lindas, aunque es raro que muestren tanto”, dice Charles, quien por momentos se ha sentido agobiado por el asedio de las jovencitas, porque aunque no lo crean su espíritu de europeo conservador lo motiva más a mantenerse fiel a su novia parisina.